La criptografía, es la técnica de transmitir datos confidenciales, de tal modo que únicamente sean descifrados por la persona autorizada. La definición de criptografía es, literalmente, escritura (grapé) oculta (krypós). De hecho, enviar mensajes ocultos durante las campañas bélicas, siempre ha sido una necesidad estratégica. Es por ello, que las técnicas criptográficas fueron muy valoradas por generales, reyes y emperadores en el pasado.
En cuanto a los gobiernos, estos fueron los primeros en emplear criptógrafos y en apoyar sus investigaciones. Además, durante las guerras mundiales del siglo XX en particular, esta ciencia floreció
enormemente. Luego, con la llegada de la informática y el uso masivo de las telecomunicaciones, surgieron grandes problemas de seguridad. Lo que llevó al desarrollo de sofisticados métodos
criptográficos, con el objetivo de preservar la confidencialidad e integridad de los mensajes.
Las comunicaciones a través de redes pueden ser fácilmente interceptadas. Y esto representa obviamente, enormes desafíos de seguridad. Y aquí es cuando entran los criptógrafos al rescate. Resulta vital mencionar, que el trabajo del científico británico Alan Turing, fue crucial para romper el código Enigma de los alemanes, durante la Segunda Guerra Mundial, y este logro, les dio a los aliados información muy valiosa, para poder ganar la guerra.
He ahí, la utilidad de la criptografía. Ya que todo este conocimiento criptográfico, contribuyó a las ciencias de la computación. De hecho, en un principio, todos estos avances se mantuvieron
en secreto, dentro de la esfera estatal. Aunque, luego este conocimiento salió de los cuarteles a las calles, y con el auge del computador personal e Internet, ahora la criptografía está en
todas partes.
Debemos saber que, antes del surgimiento del computador personal, la criptografía era prácticamente sinónimo de espionaje, ya que los viejos criptógrafos fueron académicos, pero el
Gobierno ponía el dinero y se adueñaba de sus trabajos. Realmente, esto ha cambiado mucho, debido a que las compañías de tecnología se han convertido en una fuente alternativa de empleo para los criptógrafos.
Aunque los Gobiernos siempre han estado muy interesados en la criptografía, también existen criptógrafos “rebeldes”, motivados por un fuerte espíritu individualista y antiautoritario, dispuestos a compartir sus secretos con el público. Uno de ellos, fue Ralph Merkle (1952).
Quien contribuyó mucho en poner la criptografía en las calles, gracias a la invención de la criptografía de la clave pública y el hashing. David Chaum (1955) es uno de estos criptógrafos “rebeldes”, además de ser considerando como un pionero de la privacidad en la era digital. Éste también fue el inventor del dinero digital, con su eCash y DigiCash. Y en 1982, Chaum propuso por primera vez un protocolo Blockchain, este protocolo, es sumamente parecido al protocolo Bitcoin, pero sin prueba de trabajo. De hecho, el libro blanco de Satoshi Nakamoto, el creador de Bitcoin, se benefició muchísimo del trabajo de Chaum. Es importante mencionar, que los cypherpunks también forman parte de estos criptógrafos. Nick Szabo, Wai Dai y Hal Finney, en particular, se mencionan a menudo como precursores de Satoshi Nakamoto.
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